¡Se dijo!

Canarismos

¡Se dijo!

 Luis Rivero . Suplemento Cultura La Provincia/DLP sábado 28 julio

Tratase de un modismo que con el significado equivalente a las expresiones «¡no se hable más!» o «eso está hecho» (y similares) opera en la conclusión de una conversación y confirma que los interlocutores se han puesto de acuerdo sobre algo. En este sentido funciona en cierto modo como una forma de «juramento» o promesa informal. La locución verbal recurre a un modo impersonal,  poco habitual, en voz pretérita. Sin embargo este tiempo pasado proyecta y despliega todo su valor hacia el futuro como un compromiso espontáneo. 

Como fórmula al uso para mostrar acuerdo resalta el valor de «la palabra dada» como constitutiva de obligación. El contexto más propio es la charla informal entre dos o más personas que conciertan alguna acción futura, ya sea próxima o inmediata en el tiempo o más lejana, o ya posea un carácter trascendente o acaso ordinario. A modo de ejemplo: «¿Nos vemos mañana?»/ «venga»/ «¡se dijo!». El «se dijo» tiene así el valor de vinculación recíproca cuando es pronunciado solo por uno de los interlocutores –como suele ocurrir– y el otro asiente tácitamente, no mostrando discrepancia. En ocasiones, sin embargo, obedece a la invitación en forma interrogativa: «¿se dijo?», a la que se responde con una afirmación que sella el compromiso: «¡se dijo!». 

         Este modismo viene usado a veces de forma recurrente como una suerte de coletilla de la que se echa mano con facilidad de manera informal para referirse a cualquier cosa por hacer, pero puede tener también un contenido mucho más trascendente.

         Más allá del acuerdo, expresa la inminencia de lo tratado en la conversación, que lo hablado es cosa hecha. Lo que lo convierte en un modo de subordinación a la palabra dada con efecto de obligación. 

         La fórmula goza –acaso subliminalmente– del valor simbólico de la palabra. Rememora el significado primordial del verbo que evoca con toda sus fuerzas aquel Fiat lux(«Hágase la luz»), en el que las cosas se materializan a través de la palabra («…y la luz se hizo»). Como mismo el hombre de palabra cumple lo dicho.

         En fin, nosotros de momento nos despedimos aquí, pero nos vemos en septiembre: ¡Se dijo!