Esperar(se) a los huevos del gallo
Esperar(se) a los huevos del gallo
Luis Rivero. Suplemento de Cultura diario La Provincia/DLP, sábado 3 noviembre 2018.
«Esperar a los huevos del gallo» se dice cuando alguien se encuentra ante la imposibilidad de que avenga algo por haber dejado pasar la oportunidad; es decir, estar esperando en balde algo que ya no puede suceder y que, de hecho, es imposible realizar por ser demasiado tarde. Este modismo tiene un sentido similar a otras expresiones de uso más corriente como: «espérate sentado» («porque de pie, te cansas», se suele añadir), para dar a entender con ironía que la espera puede ser larga, cuando no interminable; esto es, algo que no llegará nunca a ocurrir.
En alguna isla se escucha también una versión similar: «ahora, agárrate a los huevos del gallo» para referirse a una oportunidad perdida de conseguir algo, a malograrlo. Tendría esta un valor similar a la expresión cuartelera «ir a reclamar al maestro armero» (que ya hemos comentado en estas páginas). En este caso, «agárrate» (al igual que «espérate») es un modo de advertir que no hay nada que hacer y que es inútil cualquier expectativa de que algo ocurra por resultar imposible. Con ella se compara hiperbólicamente una situación o presupuesto que difícilmente puede acontecer, poseyendo a veces un carácter admonitorio, incluso preventivo.
La expresión «los huevos de gallo» posee en el español de América un valor diverso: «estar pensando en los huevos del gallo» se refiere a alguien que está «pensando en las musarañas», es decir, para significar «estar en las nubes» o «estar en Babia».