Darle a la picareta

Luis Rivero en Suplemento de Cultura de La Provincia/DLP sábado 14.09.2019//

Las locuciones verbales «darle a la picareta» o «gustarle (a alguien) el darle la picareta» serían sinónimas de la expresión castellana «empinar el codo», esto es, ‘beber’ o ‘tomar’ (que aquí es referido a bebidas alcohólicas) , generalmente en exceso; o lo que es lo mismo: se dice de alguien a quien «le gustan las copas», por no decir, que tiene fama de “borrachín”. 

Expresiones idiomáticas y metáforas están íntimamente ligadas a la cultura. En la construcción metafórica, en el español de Canarias, se busca a menudo el elemento de cercanía con la realidad como prepuesto identitario. Así se suele echar mano a objetos que forman parte del imaginario. Y entre estas categorías están los utensilios de la casa, instrumentos de labranza o de trabajo en general (sacho, guataca, martillo, clavos, picareta, cucharilla, cuchara, talla, jarro, tiesto, plato, fonil,                                                                                                                                                                            garrafón…). Esto ha dado lugar a un gran número de símiles o comparaciones ingeniosas y metáforas más o menos pintorescas. Son ejemplos: «jalar por (el) sacho», locución que expresa trabajar duro para ganarse el sustento; «ser más bruto que un arado», para referirse a una persona de modales rudos; «la tacha que sobresale se lleva el primer martillazo», aforismo que proclama que en determinadas circunstancias las personas sobresalientes suelen ser objeto de ataques; «para una talla vieja nunca falta una jarro sin asa», dicho que expresa que cualquiera que sea la condición de una persona, siempre encuentra su par; «comer como un serrucho o como una lima», para expresar apetito voraz; «echarse fuera del plato» o «mearse fuera del tiesto» para reprochar comportamientos excesivos o impertinentes; «estar gordo como una pipa», frase comparativa que se dice de una persona obesa; o la aquí comentada:  «Darle a la picareta». ‘Picareta’ se le llama en el español de Canarias a la herramienta de albañiles y labrantes que, utilizada con una sola mano, sirve para labrar cantos o rebajar paredes, suelos u otras superficies de especial dureza. 

El gesto de doblar el brazo (para «empinar el codo» o «echarse un tanganazo» de ron o de vino) recuerda a cuando se trabaja con la picareta en una obra.  Sobre esta semejanza se construye una metáfora hiperbólica que compara este movimiento persistente con el acto de beber compulsivamente. Es lo que explica la asociación alegórica entre «darle a la picareta» con beber, y por ende, «gustarle a alguien la picareta» como sinónimo de “gustarle” mucho la bebida.

A diferencia de otras construcciones metafóricas, en este tipo de expresiones relacionadas con determinadas conductas socialmente reprobables, pero toleradas en la sociedad isleña, se observa la presencia de un elemento caricaturesco. Es el caso de las borracheras, incluso cuando estas puede ser manifestación de dependencias severas, convirtiéndose en adicción al alcohol. Frente a la imagen del «borrachín», más que un reproche formal (del tipo: «si no sabes beber, lo dejas en la botella» y otros similares), las creaciones lingüísticas reflejan la mofa y el escarnio ante tales conductas. Buena prueba de ello son las ocurrencias graciosas o chistes de borrachos (como señas de humor e ironía) y el gran número de sinónimos en tono de chanza que existen en el español de Canarias para nombrar las borracheras,  o los verbos beber o  emborracharse. Veamos algunas de estas construcciones. Para definir los estados de embriaguez en sus distintos grados: «parecer un barco con marejada» que se dice en tono irónico de alguien que va borracho y tambaleándose o «dando tumbos» mientras camina; «salir con el rabo tieso», salir del bar entonado después de haber bebido; «estar afinado como un piano», estar muy borracho; «estar templado como un piojo/o como una pipa»; «estar borracho como una cuba»; o «estar templado como un requinto». Sinónimos del verbo emborracharse son: cargarse, empitonarse, empedarse, templarse, enronarse, enchisparse, etc. Como sinónimos de borrachera se usan: tranca, mamada, mamadera, pedo, chispa, jumaza, jumacera, cebollón, jartera, torta, mazurca, templadera… Algunas hipérboles que definen el hábito inmoderado de beber: «beber como un garrafón»; «beber como un fonil»; «beber como un tanque»; o «haber bebido más ron que un burro agua»…

Todas estas expresiones parecen ironizar y restar importancia a un comportamiento potencialmente pernicioso, y por tanto censurable,  que en la cultura insular se advierte de manera trivial casi como un vicio menor que es tratado con burla o con donaire. O viene subliminalmente soterrado y observado con ligereza y benevolencia a través de las comparaciones en tono humorístico que se escuchan respecto a este hábito, cuando no se celebran con jocosidad. Como aquella ocurrencia chistosa que se escucha en ambientes varoniles de uno que ve a un hombre con una “tranca” de cuidado, y va y le dice con ironía: «¡Bonita la lleva, amigo!» … A lo que responde el borrachín: «Y ya ve, a mi muje(r) no le gusta».